jueves, 11 de octubre de 2018

KATHELEEN HANNA /


Estreno sección de temporada y le he preparado una de las habitaciones principales del Hotel Chelsea a Katheleen Hanna. Fundadora del grupo Bikini Kill y del movimiento Riot Grrrl. Activista y feminista. Una mujer con una imagen dominante, poderosa y punk. Icono de los 90. Fue un rayo de luz entre la multitud. Infundía la revolución en todas y en todos,y lo hizo con sus letras y cantando. Cambió a un montón de chicas creando un nuevo rol. Un modelo de mujer que podía ser sexy, duro, enojado y divertido; y todas esas cosas a la vez.




Lo cuentan muy bien en el documental The punk singer(2013) que usando una combinación de entrevistas y secuencias de archivo incluyendo actuaciones en vivo de la banda ,traza la vida y la carrera de Katheleen Hanna. Desde su educación un tanto problemática, contándonos su comienzo en las performances poéticas y su activismo feminista.

Katheleen Hanna empezó siendo spoken word pero en un taller de escritura su profesora Kathy Acker le pregunta: ¿por qué quieres escribir?, y Hanna le contesta: pues porque nadie me ha escuchado en toda mi vida y tengo muchas cosas que quiero decir. Acker le da el mejor de los consejos: entonces, tal vez, deberías estar en una banda y no haciendo spoken word porque la gente va a ver grupos de música y no va apenas a los spoken word. Y Hanna se fue a casa y empezó a montar una banda.

Desde pequeñita quería ser una especie de artista pero ella no sabía de qué tipo. Su madre y ella tuvieron una relación muy específica, la madre era sádica pero divertida y recuerda una anécdota que la marcó: cuando su madre se enteró del típico juego de la confianza en el que una persona se deja caer de espaldas confiando en que la otra la sujete. Su madre en el juego no la recogió y cuando calló de culo la madre se rió y le dijo que eso le serviría para no confiar en nadie, ni siquiera en su propia madre.

Estudió fotografía y ya en sus primeros estudios se fijaba en trabajos feministas, inspirada por Barbara Kruger y Jenny Holzer. Y en uno de sus primeros trabajos trató sobre el sexismo y fue censurado por la universidad. A causa de esto monta con sus compañeras de la universidad Reko Muse, siendo un espacio para el arte feminista con el que entraron en un nivel muy elevado de conciencia feminista.En esa misma etapa se junta con cuatro amigas y monta Bikini Kill querían hacer una revolución. 

Eran muy jóvenes, sin apenas experiencia pero con mucha energía. Recibieron desde el principio toneladas de atención aunque les daba igual la atención y el dinero. Tenían una misión, feminismo visto desde la perspectiva del punk rock y cuestiones políticas. 







Lo transgresor fue que ella en los conciertos hablaba directamente a las chicas para así conectar con ellas; y eso fue realmente necesario y parte del éxito.Era la primera vez que había una mujer en el escenario por completo enojada, agresiva y haciendo cosas que estás acostumbrado a ver a los chicos. En el documental se comenta que sin Bikini kill hubiésemos estado muertos culturalmente. 
Kathy en los conciertos pedía que las chicas estuvieran al frente, cerca del escenario. Los hombres podían estar en el local pero sin dominar el ambiente. Eso era una vuelta de guión y explotó en las mentes de la generación alternativa. Ellas querían esa parte de la historia que se les vetaba en todas la época grunge. Y en todos los conciertos llamaba a todas las mujeres y las incitaba a ponerse delante para que ellos no las aplastasen y no las agobiaran. Si había una fila de chicas protegiendo el escenario todas estarían a salvo. Daba ordenes, instrucciones a los chicos y eso fue revolucionario en un escenario a lo que no se estaba acostumbrado.
Ella cantaba enojada, sus letras eran profundas y no era nada común a como una mujer tan joven debería actuar. Muy cruda. Buscaba romper las normas de lo que una mujer debería ser; y no ser la chica perfecta.

Kurt Cobein fue muy amigo de Kathellen Hanna. Estaba muy conectado con ella y con lo que estaba haciendo. Se dice que Kurt Cobein salió del art-punk feminista. Y conectaron mucho, se hicieron muy amigos en una época que se necesitaban.
Se comenta en el documetal una anécdota en la que Courtney Love le dio un tortazo estando en los bacstage en un concierto en Lollapalooza. Esa situación a Kathy Hanna le resulta muy triste yle violentó porque siendo feminista y queriendo ser aliada de las mujeres y no enemiga se tiene que enfrentar con una historia así.

Ella lucha contra los chismes que se intentan fomentar entre mujeres para enemistarnos y cambiar el rol aunque haya sido desde principios de los tiempos. Quería romper la dinámica tóxica de preguntarle a una mujer sobre otra para intentar sacarle otra cosa mala y después sacar un artículo enemistándolas.

Para combatir esto empieza Riot grrrl, a finales de los 80 principios de los 90. Necesitaba un motín femenino y se junta a Molly Newman, Bratmobile, Jen Smith y Tobi Vail para crear un espacio seguro en el que se pudiera reproducir música, realizar fanzines y proyectos. Hicieron una primera reunión en una casa en Washinton DC, teniendo muy claro que el espacio fuera solo para mujeres,sin hombres pululando por allí, para así poder hablar de asuntos comunes, darse y compartir información juntas. Hicieron un manifiesto y lo llamaron Riot grrrl con la idea de que se pudiese difundir y utilizar en cualquier país, sin derechos de autoría. Simplemente para ayudarse entre ellas e intentar reconciliarse con muchos extremos que hay en todas nosotras.









Kathlen Hanan cambió de tercio en cuanto a la manera de representarse como mujer feminista. Utilizaba toda su sexualidad en el escenario pero con las botas de combate. Decía: ¿Tú me vas a definir? ¿Vas a definir lo que soy?


Después de Bikini Kill monta un disco en solitario ella con una maquina de mezclas en una habitación de su casa. Algo también muy significativo y transgresor. Sonido Lo-Fi y mezclas sonoras tipo collage. Do it yor self. 




Después de este disco que tiene muy buenas críticas monta otra banda Le Tigre. Y cuando llevan un tiempo de gira se empieza a encontrar realmente mal y finalmente tiene que dejar de hacer lo que más le gusta en este mundo poniendo de excusa que ha dejado de sentir la música, y en realidad es porque está muy enferma y no tiene el control de su cuerpo por una enfermedad que le terminan diagnosticando en 2010 como la enfermedad de Lyme, ya en una etapa tardía. Tiene que llevar un tratamiento muy severo para combatirla y eso la impide llevar su vida de artista.


A día de hoy sigue haciendo música y haciendo gira con Le Tigre y vive con la enfermedad y el tratamiento  heroicamente. 

Adjunto el podcast de la sección Hotel Chelsea en el programa radiofónico Carretera Perdida. Min 42:24








Empatizo hasta el extremo con ella cuando termina en el documental diciendo que hay cierta posición de que cuando un hombre dice la verdad, es la verdad. Y que cuando una mujer, como mujer al decir la verdad se siente como si tuviera que negociar de cómo será percibida. Siempre hay una sospecha rondando a las mujeres, esa idea de que estás exagerando la verdad.
Hay que irse y rodearse de las mujeres que te crean. Le importa una mierda lo que piensa la gente. Ella sabe que es real. No le importa si la gente lo cree así. El el feminismo es importante porque sabe que es importante y no le importa si la gente no lo cree. Esa gente que se aleje de su camino.









viernes, 21 de septiembre de 2018

¿Quién ocupará nuestra habitación después de nosotros? Robert llegó mientras yo estaba terminando de escribir un poema, quizá fue el último que escribí en nuestra habitación 1017 del Chelsea Hotel.
No te peines, me dijo: te voy a hacer una foto. A Robert le fascinaba mi figura mística que ni yo misma sabía si era de hombre o de mujer, rozando el punto inexplorado de la androginia. Estaba fascinado por mí y no paraba de fotografiarme con su sencilla Polaroid. En aquellos tiempos las chicas debían ser sexys, pero ni a mi mente ni a la lente de Robert nos importaban esas mismas definiciones. 
Esta foto corresponde a esa etapa. Las fotos resultaban provocadoras y contestatarias, acorde con mi discurso y la letra de mis canciones y poemas, especialmente en lo referente a los estereotipos de género.
Cuando éramos niños(Patti Smith).





domingo, 11 de marzo de 2018

LEONORA CARRINGTON /

Leonora Carrington tiene reservada su habitación en Hotel Chelsea. Fue una mujer fascinante, enigmática y su vida fue surrealista. Pintora, escritora y pionera del surrealismo que vivió en México durante casi setenta años. Fue una rebelde toda su vida; simplemente por cuestionar lo que se esperaba de ella, todo lo ponía en duda y lo investigaba.




Desde su infancia en Inglaterra se rebeló contra las restricciones que conllevaba ser la única niña entre varios hermanos varones. Durante la adolescencia se rebeló contra las normas de las monjas y en consecuencia la expulsaron dos veces del colegio.
Cuando sus padres quisieron poner en práctica lo que ambicionaban para ella que era: primero ser una joven de sociedad decorativa y luego, ser una esposa obediente. Se rebeló de nuevo y huyó a Londres.
Allí deslumbró a los surrealistas en la década de 1930, formó parte del movimiento y estuvo presente en un momento cumbre del arte del siglo XX en el París de la preguerra, poblado de personajes como Pablo Picasso y Marcel Duchamp, Salvador Dalí y Man Ray, Joan Miró y Francis Picabia y Max Ernst. Allí su arte creció en ese torbellino creador.
La mayoría de estos nombres de hombres son inmortales, mientras que ella(al menos fuera de México) supone poco más que una nota a pie de página en la historia del arte. Pero eso a Leonora le daba igual, se rebeló de la visión que tenían de ella como femme-enfant, como musa. Y el gran atractivo de Leonora reside en su negativa a ser la musa de nadie.
Joan Miró en una ocasión le dio dinero para que fuera a comprarle cigarrillos y ella le devolvió el dinero diciendo que fuera el mismo.
También en México años más tarde se rebeló contra la concepción machista latina de cómo deben comportarse las mujeres.
Cuando llegaron los hijos se rebeló contra cualquier noción según lo que la maternidad exigía y produjo sus mejores obras en pleno caos doméstico, pintando con un bebé en la mano y el pincel en la otra.
Y de una forma gloriosa se rebeló contra la fórmula que le habría ayudado a convertirse en una artista consagrada, enemistándose con importantes mecenas y galeristas y negándose a conceder entrevistas o a dejarse fotografiar para periódicos y revistas.
Nunca había buscado ni necesitado fama ni atención. Era la antítesis del artista que persigue al mundo de galeristas y coleccionistas.
Se rebeló también contra la idea de un hogar estable o cómodo dejando varios matrimonios a medias.
Y por último, se embarcó en su última rebelión: contra la vejez a la que que no permitió debilitarla.

Para profundizar en su vida, recomiendo el libro que acaba de publicar la Editorial Turner "Una vida surrealista" de Jonana Moorhead. http://www.turnerlibros.com/book/leonora-carrington-2478.html



Leonora Carrington nació en 1917 en Inglaterra en una familia acomodada, privilegiada y unida. Le mandaron a los mejores colegios e internados donde la expulsaban de uno detrás de otro. Después debutó en Sociedad en la corte donde le organizaron un baile en el Ritz y después, se fugó y se esfumó escapando teatralmente de un gran salto a Europa.
Renunció a todos estos privilegios con solo veinte años. Nunca había buscado complacer a los demás; no perdía el tiempo en eso y pensaba que le apartaba de las cosas importantes de la vida,que era serle fiel a la curiosidad sobre las ideas y sobre el arte.
En Londres conoció al pintor Marx Ernst y se enamoraron al instante. Podríamos decir que tuvieron un flechazo surrealista. Los sueños, la libre asociación y técnicas como la escritura y la pintura automática fomentando el flujo espontáneo de palabras, pensamientos e imágenes propio de los surrealistas les unió. Hablaban el mismo idioma. De un mundo que se mueve entre mundos. El mundo de los sueños y la imaginación.
Están en plena eclosión del movimiento surrealista y su grupo de amigos más cercanos e íntimos son la fotógrafa Lee Mileer,Man Ray, Andre Bretón, Pablo Picaso, Salvador Dalí, Marcel Duchamp y todos terminan viviendo en París.
Los cuadros de Leonora transportan a otro mundo extraño. Con criaturas equinas flotando y bailando por unos paisajes de otro mundo. Con pájaros,gansos elegantes, patos y golondrinas. Sus pinturas son mundos insólitos y de apariencia siniestra. Campos de cielos rojos y montes de color ámbar donde desfilan personas con túnicas blancas.
La vida en pareja duró un año. Leonora había llegado a una conclusión esencial sobre ser mujer y artista : si se quedaba con Max, éste le empequeñecería. Sería un elemento más en el cuadro de su vida. 
Pero las circunstancias políticas(recordemos que estamos en el año 1940 y el avance nazi era imparable sobre Francia) fueron las que finalmente destruyeron el idilio amoroso. Leonora empieza a tener un “síndrome de guerra”. Perturbada, físicamente disminuida, mentalmente debilitada,fue ingresada por sus acaudalados padres en una clínica psiquiátrica de Santander. legó allí con brote psicótico, con delirios, alucinaciones y comportamientos paranoicos. Estaba medicada y atada de pies y manos. Se diría que con tanta medicación se trataba de una locura forzada
Y entra en catarsis . Los recuerdos de aquellos días están recogidos en un relato autobiográfico titulado Memorias de abajo. Que narra dos viajes, uno es la huida de Francia a España, y el otro el viaje de la cordura a la locura. Un texto fundamental en la historia del surrealismo. Es la historia contada desde dentro de una crisis nerviosa y una grave enfermedad mental en la línea de La campana de Cristal de Sylvia Plath y Más allá del cristal de Antonia White. Contando lo que se siente al perder el sentido de la realidad.
Con la escritura Carrington exorcizó sus males y finalmente salió de allí. De nuevo dio esquinazo a su familia y se fue a Lisboa y de allí a Nueva York donde de nuevo se encontró con el grupo surrealista ahora exiliados: Peggy Guggenheim, Piet Mondrian, la fotógrafa Berenice Abbot. Estamos ya en el año 1942 y Peggy Guggenheim, tuvo la rompedora idea de organizar una exposición en su propia galería llamada “Treinta Mujeres” con obras de Frida Kahlo, Leonor Fini, Meret Oppenheim y Leonora entre otras.
Después de esto Leonora se fue a México, se fue a el mundo mágico de los Mayas donde se había promovido una política de puertas abiertas con los refugiados europeos en especial con intelectuales y artistas  de ascendencia española. Allí conoció a la pintora Remedios Varo y a la fotógrafa Kati Horna y entre ellas creció una amistad cómplice. Leonora y sus amigas habían hecho un cambio radical. El suyo es un surrealismo que no se había cultivado antes, ya no eran simples musas. Leonora, Remedios y Kati llevaron el surrealismo a un nuevo territorio, un nuevo territorio centrado en la mujer y en el instinto.
Leonora fue ecofeminista y new age mucho antes de que se inventaran estos términos. Era feminista de una forma instintiva e inflexible y sentía preocupación natural por el entorno y por el hecho de que el planeta estuviera siendo maltratado por la llamada “especie inteligente”.
La igualdad de hombres y mujeres era algo que daba por hecho, algo que no podía creer que a principios del siglo XXI tuviéramos que seguir luchando por conseguir.
Nuestra historia ha sido tan manipulada que nos resulta difícil limaginar algo que no sea el patriarcado en que vivimos, y sin embargo Leonora estaba decidida a intentarlo.
Leonora fue una aventurera y la vejez la llevaba como un reto para ella era una aventura más que había que vivir. Con ochenta y nueve años seguía siendo la guerrera de siempre y la batalla a la que se enfrentaba era una aventura más, la más dura de su vida. La muerte.

Falleció a los 94 años en México.







Adjunto el podcast de la sección Hotel Chelsea en el programa radiofónico Carretera Perdida. Min 19:01